Dentro de mis labores en el movimiento comunista como enlace con camaradas rusos les presento una traducción de un excelso artículo del grupo South-East Star.
"Sobre la situación actual en Ukraine"
Los eventos sucedidos
en los últimos años en Europa muestran que los residentes del Viejo Mundo se
enfrentan a bastantes dificultades para las cuales simplemente nos estaban
preparados – son dificultades económicas y problemas causados por el incremento
de inmigrantes del Medio Oriente y de Norte de África. Sin embargo, no
deberíamos olvidar otro problema, el de Ukraine, que es como una herida
sangrante en el cuerpo que es Europa, que en el futuro cercano se puede
convertir en una pesada carga económica y social para sus residentes.
Si recuerdan los
recientes desarrollos de los sucesos políticos en Ukraine – la gente de los
países europeos (sobre todo en los países occidentales – Nota del Traductor) ha
sido bombardeada activamente con propaganda mostrando la feliz imagen del
impulso unido del pueblo ucraniano para derribar el corrupto y odiado régimen
pro-ruso y abrir camino a los valores europeos y la democracia. Ciertamente,
había un montón de gente en el Maidan, que llegó allí influida por sinceros
sentimientos de resentimiento relativos a la corrupción de las filas de la
burocracia, la falta de claridad del sistema político y la simulación de
instituciones democráticas durante el “reinado” de Viktor Yanukovych. No
obstante, como muestra la Historia, los frutos de las revoluciones populares
normalmente son utilizados por “infiltrados y canallas” como sucedió entonces
en Ukraine. Si mira más de cerca a los eventos de los últimos dos años; es
claro que ahora Ukraine está más alejada que nunca de los estándares políticos
y jurídicos europeos comparados con el periodo del Presidente Viktor Yanukovych
y su “democracia dirigida”.
El grupo que tomó el
poder tras la Revolución anticonstitucional dirigido por Poroshenko, Yatseniuk
y Klitschkó usó la reconocida retórica popular de la lucha contra la corrupción
y los oligarcas junto a posiciones antirusas y antinacionalistas. Las disputas
entre Rusia y Occidente son muy populares entre los residentes de Ukraine
oeste. De hecho, este grupo de individuos fue guiado por sus propios intereses,
en primer lugar. Por ejemplo, el actual Presidente de Ukraine Petro Poroshenko
inició su negocio chocolatero en cercana cooperación con el régimen Yanukovych
y antes de los sucesos del Maidan no había sido visto apoyando a la oposición.
Poroshenko apareció ante el cansado país como un político responsable a pesar
de los conocidos casos de soborno de rivales políticos (o encarcelación y
asesinatos en el caso de los militantes comunistas) y el uso de su PROPIO canal
de televisión (“5 Kanal” o Canal 5 en español – Nota del Traductor) mientras
ascendía por el Olimpo político. Los votantes ucranianos que atendieron a las
primeras elecciones presidenciales post-revolucionarios le confiaron el voto
influenciados por el hecho de que a diferencia de otros candidatos percibidos
como nacionalistas o radicales, Poroshenko era considerado como un líder capaz
de sobreponerse a los conflictos de índole política de la sociedad ucraniana,
poner en marcha verdaderas reformas políticas como descentralizar el país,
desarrollar la democracia participativa y proteger los derechos y libertades de
la ciudadanía.
Si quiere resumir el
desarrollo político de Ukraine durante la presidencia de Petro Poroshenko
primeramente hay que decir que el país es una pseudodemocracia con debates
televisivos electoralistas y manifestaciones de partidos radicales. Hay una
realidad política que consiste en la persecución y asesinato de los disidentes
(asesinato sin resolver del bloguero opositor O. Buzina, un reconocido defensor
de la identidad rusa y pequeño rusa – entre otros casos de asesinatos de
ciudadanos pro-rusos o comunistas), la destrucción de la verdadera oposición
política (los partidos y sindicatos comunistas recientemente ilegalizados) y la
discriminación de base cultural, lingüística y/o religiosa. La élite política
ucraniana clama constantemente la necesidad de ayudar a la “democrática
Ukraine”, una víctima de la agresión rusa e intenta crear la imagen de Ukraine
como bastión de los valores democráticos europeos.
Al mismo tiempo, uno
puede cuestionarse si son compatibles con los valores europeos los ataques
contra civiles en Donbass, el bloqueo energético y alimentario de Crimea, la
persecución de curas ortodoxos por “Sector Derecho” o la presión sobre las
minorías húngara y rutena que persiguen llegar a los acuerdos de corte europeo
sobre derechos de las minorías. Los políticos ucranianos utilizan argumentos
fraudulentos, mienten a la comunidad europea cuando declaran que los asesinatos
políticos y las violaciones de Derechos Humanos en Ukraine son resultado de la
actividad de los servicios de seguridad rusos o de incontrolables radicales
pertenecientes a organizaciones fascistas o semi-fascistas.
Al mismo tiempo, se ha
encubierto que el gobierno ucraniano es neutral a la xenofobia y a la homofobia
en la sociedad ucraniana. A pesar de la adopción de mejoras en la legislación
vigente por parte del Parlamento ucraniano, se le niega el contrato o se
restringe la actividad civil a personas sospechosas de pertenecer a una minoría
sexual; en el país se anima al antisemitismo, continúan las políticas de
ucranización forzosa y los intentos de llevar a la sociedad civil bajo el
control del Estado.
Hay varios hechos que
señalar: como esa cosa obstinada en la moderna Ukraine, llevar a cabo la
revisión de la propia Historia silenciando y negando la participación en el
genocidio de los judíos y de la población gitana (UPA y OUN grupos terrorista y
guerrilleros ukronazis temporalmente aliado con los nazis en forma de batallones
de las SS – nota del traductor) de aquellos que son reconocidos oficialmente
como “héroes de la independencia nacional”. Constantemente se habla de los
efectos de la “ocupación rusa”, los políticos ucranianos se niegan a aceptar la
experiencia de la estadidad ganada durante el “periodo ruso” (URSS – nota del
traductor) al igual que el reconocimiento incondicional ruso del Acta de
Independencia de Ukraine, la tragedia de Donbass sería imposible si las fuerzas
que llegaron al poder en Kiev hubieran garantizado derechos a los rusos étnicos
y hablantes de ruso. En el mismo grado los políticos ucranianos han sido
responsables del problema de Crimea. En el periodo de independencia, los
políticos de Kiev han continuado consecuentemente con una política de privación
de la autonomía de Crimea, con conflictos artificiales entre la población rusa
y tártara de Crimea. Al contrario, se ha animado el radicalismo islámico: como
resultado un cuarto de la población joven de crimeanos tártaros están adheridos
al Islam radical. Actualmente se ha fortalecido de forma legal impacto de la organización
radical islamista "Hizb-ut-Tahrir"
en Ukraine, prohibida en muchos países del mundo, incluidos de mayoría
musulmana. Esta organización distribuye sus filiales por Ukraine y puede suponer
una fuente de tensión política con la actual ola de inmigración a Europa debido
al régimen libre de visados y escaso control de la inmigración que tiene el
país.
Las
autoridades ucranianas no paran de realizar las más viles provocaciones
políticas y de distraer al público europeo de los verdaderos resultados de los
procesos políticos en Ukraine, contradiciendo el espíritu y la línea de los
valores europeos.
Haciendo
especulaciones de la tragedia con el “Boeing”
(avión estrellado en el Este de Ukraine cuyo derribo no ha sido todavía
aclarado) ocurrida en los cielos de Ukraine, básicamente no haciendo nada para
resolver los presentes problemas políticos, están claramente interesados en la
continuación del conflicto en Donbass y en dar lo mejor de sí para causar
sentimientos negativos por parte de la población de Crimea contra Ukraine y su
sociedad.
Ahora
varios países europeos, mayormente Países Bajos están discutiendo la firma de
un tratado entre la Unión Europea y Ukraine. A la vista de esto, la gente de
estos países debería prestar atención a la política de persecución de los
disidentes en Ukraine, el freno y bloqueo de las iniciativas democráticas
contra el control de los oligarcas y el deseo de poner el Estado bajo el
control de la sociedad civil. Y finalmente, un verdadero cumplimiento de las
normas y valores europeos de la vida política en Ukraine.
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